Histórico: Nuna Raymi de Cusco obtiene el 1er premio de sostenibilidad en «Perú Mucho Gusto»

En la reciente 19° edición de la feria gastronómica «Perú Mucho Gusto» (antes conocida como Mistura), se premió por primera vez una nueva categoría: «Prácticas sostenibles en gastronomía». Ese reconocimiento nacional lo obtuvieron tres restaurantes, uno de ellos representante del Cusco: Nuna Raymi – “fiesta del alma” –, un proyecto gastronómico sostenible que ya lleva 18 años en el centro histórico de la ciudad imperial.

Los otros dos restaurantes premiados en la misma categoría fueron: «La Patarashca» de la región San Martín y «Un Cebichito» de Tacna.

Participaron 32 restaurantes que compitieron también en otras dos categorías: «Buenas prácticas de manipulación de alimentos» y «Aportes al turismo gastronómico».

En esta nueva edición, «Perú Mucho Gusto» dio un giro, y la temática fue la sostenibilidad, apostando por una feria con propósito que sensibilice al público, señaló Milagros Vidal, una de las impulsoras de la feria y representante de PromPerú.

«Quisimos brindar un recorrido transversal, en el origen de nuestros insumos y de lo que le da vida a nuestra gastronomía, gracias al agua, a la tierra y a los bosques, con un mensaje de cuidado y conservación para el presente y futuras generaciones».

Fue en este nuevo enfoque de la feria que el restaurante Nuna Raymi fue seleccionado, primero como expositor, y luego premiado durante el evento que duró cuatro días, coincidiendo con las fiestas patrias.

El premio fue entregado por el reconocido chef en gastronomía sostenible Palmiro Ocampo, quien lucha contra el desperdicio de alimentos y el hambre.

La famosa feria realizada en Tacna congregó a destacados chefs como Gastón Acurio, Flavio Solórzano, Elia García y el ya mencionado Palmiro Ocampo, así como a más de 200 mil visitantes entre peruanos y extranjeros, sobre todo de Chile.

Este reconocimiento al restaurante Nuna Raymi se debe al trabajo que realiza con los agroproductores y guardianes de semillas, poniendo en valor la biodiversidad de las papas nativas, maíces, cacao, quesos, vegetales y productos endémicos del Cusco. Además, muestra la trazabilidad del alimento – su origen – y a quienes lo producen; revalorando los conocimientos ancestrales y pagando un precio justo a las familias agricultoras mediante el comercio justo.

Rocío Zúñiga, impulsora del proyecto, convoca a más restaurantes a desarrollar propuestas éticas, inclusivas con los agroproductores, sostenibles económica y ambientalmente, pagándoles lo que se merecen y reivindicándolos como parte fundamental de la gastronomía por la labor de cuidado de la biodiversidad que realizan.